Aunque se utilicen los mejores productos para el cuidado de la piel, si se tienen malos hábitos, la piel siempre se verá afectada y no lucirá como se espera. Por esta razón, en este artículo te expondremos cuáles son los malos hábitos que dañan tu piel.
Para tener una piel saludable, lozana y radiante es primordial conocer cuáles son los malos hábitos que se deben evitar a toda costa. Porque, si bien algunos parecieran ser buenos, solo le causan daño a la piel.
1. Exfoliar la piel más de lo recomendado.
Con la exfoliación, la dermis respira mejor, se eliminan las células muertas, se estimula la oxigenación celular, se absorben los nutrientes y principios activos de los productos que se apliquen después. Sin embargo, la exfoliación solo debe hacerse una vez a la semana.
Realizar esta actividad más veces de lo recomendado puede provocar sequedad e inflamación en la piel. Además, puede eliminar las células sanas y promover la hiperpigmentación del cutis.
2. Mal usó de productos contra el acné.
Hay productos que son específicos para aplicar solo en el comedón para eliminarlo. Pero, si se aplica este producto a lo largo del rostro, existe la posibilidad de secar la dermis y provocar una sobreproducción de aceite, que, lejos de resolver el problema, lo agravará.
Si toda la cara esta afecta con acné, lo mejor que se realice una exfoliación suave, se desinfecte el sector con un astringente natural como el árbol de té y se hidrate con el producto más conveniente para la dermis grasa con tendencia a tener acné.
3. Demasiado contorno de ojos.
Una óptima crema de contorno de ojos ayuda a prevenir y borrar las bolsas y arrugas. No obstante, varias de estas cremas contienen aceites que no son simples de absorber y que se acumulan ocasionando granos y un aspecto grasoso en la piel. Por esta razón, se debe aplicar muy poco producto.
4. No utilizar crema solar durante todo el año.
Se suele creer que solamente se necesita utilizar el protector solar en verano y que si está nublado, los rayos del sol afectan a la piel, sin embargo, esta creencia es absolutamente errónea.
El sol está presente los 365 días y es uno el más importante causante del fotoenvejecimiento cutáneo, por esa razón, es importante usar protector solar todos los días del año. Además, el protector solar evita la aparición de arrugas y manchas en la dermis.
5. Dormir sin desmaquillarse o solo removerlo con toallitas limpiadoras.
El maquillaje obstruye los poros y aumentan la probabilidad de padecer acné o empeorarlo. Además, llevar maquillaje por muchas horas ocasiona el envejecimiento prematuro de la piel.
Es importante siempre desmaquillar el rostro con un producto adecuado, como por ejemplo: el agua micelar. Luego hacer la limpieza de la piel y proseguir con toda la rutina de cuidado facial, antes de ir a dormir.
Las toallitas limpiadoras solo deben ser usadas en casos puntuales. Porque, aunque parecieran ser efectivas, no retiran cada una de las impurezas, los restos de maquillaje ni los principios activos de producto, por lo cual, el aseo de la cara es ineficaz.
6. Malos hábitos alimenticios que dañan tu piel.
Lo que consume una persona a diario se refleja en su piel, por ende, si se tienen malos hábitos alimenticios, estos podrían causar acné o una elongación excesiva de la piel por la grasa interna en el organismo.
Tener una alimentación balanceada es importante para la salud, mental y física. Por ende, también contribuye a mantener la piel hermosa y ayuda a combatir los signos del envejecimiento en la piel.
7. Consumo de sustancias tóxicas (tabaco, alcohol…).
El tabaco, además de agravar la circulación, crear patologías pulmonares e incrementar el peligro de padecer cáncer, afecta directamente la piel, ya que elimina el colágeno y acelera su envejecimiento.
El alcohol deshidrata y genera flacidez en la piel. Conjuntamente, causa el envejecimiento prematuro del cutis o empeora el aspecto de las arrugas, en caso de que ya estén presentes en el rostro.
8. Dormir de lado.
Dormir de lado provoca que se formen arrugas en los pómulos, la barbilla, el escote y se marquen más los surcos nasogenianos. Esto se debe a la presión del rostro contra la almohada y la torsión entre las sábanas, por esa razón, la mejor postura para dormir es reposar boca arriba.
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