Los sulfatos son compuestos controversiales en los cosméticos, ya que los más usados son las versiones sintéticas, que a largo plazo puede ser dañina para la piel y para el cabello. En este artículo explicaremos todo lo que debes conocer sobre los sulfatos sintéticos y por qué debes evitarlo en tus productos para el cuidado de la piel y el cabello.
¿Qué son los sulfatos?
El término sulfato viene del latino sulphur, que se traduce como azufre. El sulfato es un compuesto químico que se obtiene al reaccionar el ácido sulfúrico con metales, carbonatos e hidróxidos. Asimismo, también se obtiene al oxidar un sulfuro.
En otras palabras, el sulfato es sal, ya sea mineral u orgánica, por lo tanto, las diferentes sales que forman el ácido sulfúrico se denominan sulfatos. Técnicamente, los sulfatos se clasifican por ser tensoactivos, detergentes o emulsionantes.
Productos cosméticos que pueden contener sulfatos
- Aguas micelares.
- Champús.
- Exfoliantes.
- Geles de ducha.
- Geles limpiadores para el rostro.
- Humectantes.
- Jabones líquidos para las manos.
- Pasta de diente.
- Productos de higiene íntima.
¿Por qué los productos cosméticos utilizan sulfatos?
Los sulfatos se utilizan en la cosmética como agentes limpiadores, principalmente, ya que disuelven la suciedad y los aceites. Es decir, este compuesto es el encargado de limpiar profundamente la piel o el cabello.
Los sulfatos tensoactivos son los que están presente en la industria cosmética, lo que significa que atraen tanto el aceite como el agua. Esto permite que la suciedad y la mugre se laven fácilmente de la piel y el cabello.
La espuma característica de los champús, jabones e incluso las pastas de dientes, es creada por los sulfatos, puesto que estos tensoactivos tiene la capacidad de pasar de un estado líquido a uno espumoso.
¿Cuáles son los sulfatos más usados en la industria cosmética?
El SLS (Sodium Lauryl Sulfate) y el SLES (Sodium Laureth Sulfate) tienen la particularidad de limpiar bien y tener una buena relación entre cantidad y precio. Es por ello que se encuentran en muchos cosméticos, ya que es un compuesto relativamente barato que forma suficiente espuma.
La diferencia entre ambos sulfatos está en su estructura química, mientras que el sodium lauryl sulfate (SLS) tiene una cadena alquílica, el sodium lauryl ether sulfate (SLES= sodium laureth sulfate) tiene una cadena de tipo éster (sulfato etoxilado).
El problema de los compuestos etoxilados es que puede contener trazas de 1,4-dioxano (un componente categorizado por la OMS como cancerígeno). Aunque la cantidad de 1,4-dioxano permitida está muy controlada (10 ppm).
El sulfato en 1,4-dioxano no debería suponer un riesgo como tal para los adultos, sin embargo, para los niños sí. Por esta razón las entidades certificadoras no aceptan su uso en la cosmética natural o ecológica certificada.
¿Cuál es el riesgo de utilizar productos que contengan SLS y SLES?
- Los productos que contengan SLS y SLES van secando y degradando el manto hidrolipídico. Esto significa que ataca la barrera protectora de la piel, por lo que produce sequedad y rigidez en la piel.
- Los sulfatos sintéticos pueden acumularse en el cuerpo y exteriorizar los daños a largo plazo.
- Los SLS y SLES en el rostro causan un desbalance, lo que ocasiona que la piel genere más sebo de lo normal y termina el cutis grasoso con acné.
- Los sulfatos SLS y SLES pueden causar irritación en los ojos, la piel y la boca.
- Los champús con sulfato no solo eliminan la suciedad del cabello, sino además sus aceites naturales, lo que provoca un cabello opaco y quebradizo.
- En algunos casos los sulfatos sintéticos pueden causar dermatitis, eczemas o piel atópica.
¿Cómo identificar los sulfatos en los productos?
Para identificar los sulfatos en un producto, es necesario leer la etiqueta para determinar si contiene alguno de estos tensoactivos:
- Ammonium Lauryl Sulfate.
- Disodium Laureth Sulfosuccinate.
- Sodium Cocoyl Isethionate.
- Sodium Laureth Sulfate.
- Sodium Lauryl Sulfate.
- Sodium Lauryl Sulfoacetate.
- Sodium Myreth Sulfate.
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